El Arte de hacer política.

El Arte de hacer Política.

Sin duda alguna quienes llegaron a “perfeccionar” la política a la categoría de “arte”, mas bien “artificio”, fueron los movimientos políticos que aprendieron a manipular a las masas a través de estrategias psicosociales bien dirigidas. Debemos reconocer que los “zurdos” descollaron en estos ámbitos. Claros ejemplos a la vista son los despliegues impresionantes de los llamados “movimientos sociales”, claro, con la enorme cantidad de dinero de sus auspiciadores internacionales.

El neoliberalismo utiliza la panacea del “amor fraterno”, como el marxismo, solo para ablandar los corazones duros y fríos del Ande. Cuando se ha perdido toda capacidad de lucha, y los “presidentes” lloran frente las cámaras de televisión ante el desborde inminente de bases idiotizadas y embrutecidas, es hora de reconocer que hemos perdido la dignidad, y que ella solo se recupera, restaura, se re-encuentra en la arena griega donde los niños se iniciaban en el sagrado arte de la lucha, en los cuadriláteros donde los hombres y mujeres llenos de virilidad aprenden a manejar los puños afrontando el dolor, dando y recibiendo golpes.

Nuestra gentileza es una “debilidad” que saben aprovechar los que se sirven de la ignorancia de las masas empobrecidas, los cercos populares al parlamento, los sacrificios de animales, el amedrentamiento brutal de los grupos de choque, las intrigas, las difamaciones, la perfidia, la mentira, entre tanto nosotros, los “mezcladitos”, los criollos honestos, miramos dubitantes ante la posibilidad de emplear las mismas técnicas en contra de nuestros “enemigos”, que se conforman sin más con aplicar el denominativo de “Karas” a todos los que no están de acuerdo con su terrorismo artificioso y sus dogmas recalcitrantes.

Sin embargo solo una Institución supera con creces en el arte de hacer política a los “zurdos”: LA SANTA IGLESIA.

La Iglesia Católica.

La Iglesia Católica es el continente donde se aglutina el acervo hispoanoparlante de nuestra gentilidad. En su afán de mediadora a postulado la unión nacional a través del apoyo incondicional al clamor democrático que ha sostenido las pretensiones autonómicas de cinco regiones.

En momentos cruciales como la actual coyuntura de polarización entre el centralismo de Estado y las tendencias autonómicas, la Iglesia ha comprendido que la única solución consiste en aceptar el mandato popular que le dijo Sí a las autonomías.

Por eso mismo el Catolicismo ha triunfado en la antigüedad, aglutinando los extremos opuestos en una especie de adecuación del monoteísmo oriental y el paganismo VIRGINAL de occidente, sosteniendo símbolos sacros Apolíneos y Virginales: El Cristo y la Virgen y la figura de un Incognoscible Padre panteísta.

La Iglesia Católica, la Virgen y Cristo están con el Honor, la gentilidad, el valor y el respeto, en fin, con nuestra gentileza, y postulan un sano nacionalismo, y el principio del derecho divino que tenemos los criollos hispano-parlantes a manifestar nuestra NACIONALIDAD, como cualquier otra de las 36 naciones “originarias”.

Por la misma esencia de la Iglesia Católica, es decir, UNIVERSAL, que eso significa el término CATÓLICO, es que nosotros, hispano-parlantes, somos una NACIÓN, y tenemos derecho a la AUTODETERMINACIÓN, que eso es AUTONOMÍA, siendo dueños de nuestra tierra por el trabajo que la hizo productiva, y a gozar de la protección de las leyes emanadas del Estado BOLIVIANO, que aglutina a TODOS, sin excepción.

Los Valores de la Vega deben ser sostenidos por la Mística Católica y Virginal pues compartimos los mismos símbolos: la dignidad, el respeto, el orden, la espiritualidad universal de nuestro linaje, el HONOR del hombre que lucha para volver al Edén, y tomar posesión del Cielo. La potencia VIRGINAL única entre los católicos.

El Yelmo de la Mística Católica y Virginal ya tuvo su representante en el contexto nacional: Monseñor José Belisario Santiesteban Obispo de Santa Cruz, que fue considerado un SANTO en el ORIENTE por sus grandes obras y su celo Católico y Apostólico cuando Bolivia atravesaba por un momento crucial de la historia, la acefalia post-guerra del Chaco, y las tendencias marxistas se avizoraban ya en el horizonte, preludio del advenimiento del MNR en el 52 y el MAS en el 2006.